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Una imagen, un destino, y todo lo que aún no sabemos

El 13 de junio no nos vamos de viaje.
Nos mudamos.

Ese día, Oslo dejará de ser una ciudad en Google Maps y se convertirá en nuestra próxima coordenada vital. Pero antes de dar ese salto, hay algo que quería cerrar aquí, desde Sevilla, donde otra historia —menos visible, pero igual de importante— quedó sin concluir.

Y es justo eso lo que cuenta esta imagen.

Escaleras hacia algo que no se ve

La fotografía fue tomada por mi esposa, hace unos años, una mañana extrañamente callada en la Plaza de la Encarnación, Sevilla.
Yo no estaba allí.
Fue ella quien caminó por esa plaza, cámara en mano, mientras la arquitectura hacía de oráculo silencioso.

Ella quien, sin buscarlo del todo, captó una escena que acabaría reflejando algo que no sabíamos que vendría.

El encuadre no fue casual. Se colocó con la precisión de quien intuye que algo está ocurriendo, incluso cuando no se entiende del todo. El punto de fuga, la simetría, la curva del pasamanos que se escapa… Y esa figura humana arriba, en miniatura, mirando al vacío como si el mundo le pidiera una decisión.

No era yo. Pero podría haberlo sido. Y hoy, de alguna manera, también lo soy.

Fotografía sin atajos

  • Cámara: Sony A7III
  • Objetivo: Sigma 16-28mm f/2.8 DG DN
  • Escenario: Metropol Parasol, Sevilla
  • Condición de luz: Nublada, sin contrastes directos, ideal para Fineart en blanco y negro

La A7III, con su rango dinámico, nos permite rescatar detalle incluso en sombras profundas como las de estas escaleras. Pero el alma del disparo está en el Sigma: angular, limpio, sin la distorsión extrema de otros 16mm. La nitidez en los bordes no se pierde ni en los escalones más lejanos.

¿Qué representa la imagen?

No lo sé. Y eso es lo que más me gusta de ella.

Podría representar a cualquiera en el momento justo antes de un cambio.
Podría ser el instante en que decides marcharte de una ciudad, de una rutina, de una versión de ti mismo.
O podría ser algo tan sencillo como subir una escalera mientras llueve.

Pero en nuestro caso, es todo a la vez.

No hay drama. No hay euforia. Solo una certeza mínima: algo nuevo empieza después del siguiente peldaño. No sabemos si hay luz arriba. Tampoco importa. El paso ya está dado.

De Sevilla a Oslo — otra forma de componer

Hay muchas formas de entender Oslo antes de vivirla. Yo la he visto desde Google Earth, desde el feed de fotógrafos noruegos. Pero no es lo mismo. No puede serlo.

Lo que espero de Oslo no es una postal. Es una nueva narrativa visual.

Desde su arquitectura brutalista mezclada con líneas limpias, hasta sus cielos inestables y su invierno que parece eterno… Oslo nos lanza un reto fotográfico, pero también emocional. Allí, la luz no se va a comportar como aquí. Los colores no tendrán el mismo lenguaje. Y las ciudades no se revelan igual cuando vives dentro.

Pero eso es lo que queremos. Salir del modo automático. Aprender a exponer de nuevo.

La fotografía como espejo de decisiones

Toda gran imagen tiene una sombra. Y esta lo demuestra.

La sombra está en lo que no vemos: qué hay detrás del encuadre, qué historia tiene la persona que sube, por qué está lloviendo y a nadie parece importarle.

En el fondo, esta fotografía es también un autorretrato abstracto: No se me ve, pero estoy ahí, en la decisión de compartirla, en cómo ha sido editada, en cuándo ha sido publicada. Y eso la convierte en presente, no en recuerdo.

Metropol Parasol — cómo fotografiar uno de los íconos urbanos de Europa

No es casualidad que esta imagen haya nacido en Sevilla. El Metropol Parasol, también conocido como Las Setas de Sevilla, es uno de los lugares más fotogénicos y desafiantes para quien ama la arquitectura contemporánea.

  • Su estructura de madera es la más grande del mundo.
  • Tiene forma de hongo (de ahí su apodo).
  • Y ofrece tres niveles de fotografía totalmente distintos.

Consejos técnicos para capturarlo en Fineart:

  • Ve con cielo nublado o al amanecer
  • Usa un angular entre 16 y 28 mm sin distorsión extrema
  • Busca figuras humanas para añadir escala
  • Exponlo pensando en blanco y negro
  • Cuida la dirección de la luz, incluso si es añadida en post

Mi flujo Fineart — revelado en tres capas

Toda edición Fineart que hago se construye sobre una idea clara: controlar la luz como si pintara con ella.

Este es mi flujo:

1. Capa Neutra

Desde el RAW limpio, ajusto exposición y balance para obtener una imagen equilibrada sin forzar. Nada debe destacar aún.

2. Capa Subexpuesta

Desde una copia del RAW más oscura, rescato cielos, estructura y profundidad.

3. Capa Sobreexpuesta

Con una versión más luminosa, construyo foco visual: brillos, acentos, líneas que guían la mirada.

Luego revelo por zonas en Photoshop, combinando esas tres capas con pinceles suaves, máscaras y mucha paciencia. No hay curvas. No hay automatismos. Solo luz decidida, controlada.

¿Qué viene ahora?

El 13 de junio nos vamos. Pero más que irnos, nos entregamos a la incertidumbre.

The Edge of Yet no es un punto final. Es una coma entre ciudades, una grieta por donde se cuela la luz de lo que aún no sabemos.

Esa mañana en Sevilla, no estábamos los dos. Solo estaba ella, mi compañera de vida, con la cámara colgada y la mirada entrenada. La imagen la hizo ella. Pero hoy, la historia es nuestra.

Because everything that comes next… is still on the edge of yet.

¿Te ha inspirado esta historia?

Si conectas con este enfoque de fotografía como narrativa,
o si quieres aprender a construir tu propio flujo Fineart paso a paso…
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Y recuerda: cada imagen que aún no has tomado, ya está esperando en el borde del yet.

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